Manuel Hidalgo ha reunido sus mejores
artículos sobre cuestiones sociales y vivencias publicados en el diario El
Mundo entre febrero de 1999 y nuestros días en el libro “El cutis de las
monjas”.
Caracteriza
la escritura periodística de Manuel Hidalgo su fuerte anclaje en la observación
de la vida cotidiana. El escritor no se cansa de mirar -ni de escuchar-, tanto
lo que sucede a su alrededor, en las aceras, como lo que la prensa refleja en
los rincones de las páginas interiores y pares, allí donde no parecen estar las
grandes noticias que cambian el mundo, pero donde sin duda están los pequeños
signos y acontecimientos sin importancia aparente que señalan el rumbo secreto
de los tiempos. La observación se traduce en pormenor y detalle en las
descripciones, en un aroma a realidad reconocible. El resultado de esa mirada
se nos aparece impregnado de una comprensión que no excluye la sal de cierta
acidez y de un humor que rara vez renuncia a la ironía. Su interés se centra en
las historias cotidianas. Es, en el mejor sentido del término, un libro
costumbrista.
Escenas
urbanas, tipos y situaciones corrientes, rasgos memorialísticos, todo ello es
lo que aquí se ofrece en un continuo salto imperceptible entre ambos lados de
la delgada frontera que separa lo real de lo ficticio, la tendencia del
novelista y guionista a inventar, la vocación del periodista por contar y el
resultado en ideas de esa multiplicación: el gusto por interpretar.
Al repasar los artículos publicados desde 1984 y los artículos recogidos en “El cutis de las monjas” afirma Manuel Hidalgo: “Desde el primer momento opté por separarme del comentario político, tan abrumadoramente mayoritario, entonces y ahora, en la prensa. Me interesa la política, y mucho, como ciudadano, pero más me interesa la vida, la propia y la de los demás -me temo que en ese orden-, vida que, salvo en casos extremos de profesionales o luchadores por causas perdidas o ya ganadas, no pasa a todas horas por la política.”
Al repasar los artículos publicados desde 1984 y los artículos recogidos en “El cutis de las monjas” afirma Manuel Hidalgo: “Desde el primer momento opté por separarme del comentario político, tan abrumadoramente mayoritario, entonces y ahora, en la prensa. Me interesa la política, y mucho, como ciudadano, pero más me interesa la vida, la propia y la de los demás -me temo que en ese orden-, vida que, salvo en casos extremos de profesionales o luchadores por causas perdidas o ya ganadas, no pasa a todas horas por la política.”
“Admiro
a muchos publicistas, analistas y polemistas de la política en los periódicos,
y también detesto a muchos más por el partidismo obsceno de sus juicios o/y por
la mediocridad funcionarial no sólo de su prosa, sino de su alma.”
“Para
este librito que tiene en sus manos, lector, he preferido, una vez más, ir a lo
mío. Hay muchos que piensan que el 11 de setiembre de 2001 cambió el mundo. No
digo que no. Ni que sí. Digo que me interesa más lo que voy a ver mañana. Creo
que el mundo cambia todo el rato ante nuestras narices, pero no puedo decir que
ante nuestros ojos si es que nuestros ojos no saben mirar lo que tiene trazas
de ser insignificante, las uñas de colores de una muchacha o el rostro del
mensajero que llama a nuestra puerta. Así pues, ya te digo, no te doy, lector,
mis palabras sobre páginas en blanco, sino mis ojos en bandeja de plata. Los
ojos con los que te estoy mirando.”
Manuel
Hidalgo es autor de novelas como “Olé”, “El pecador impecable” y “Azucena que
juega al tenis”.
Más
información en Ediciones Irreverentes http://www.edicionesirreverentes.com/raraAvis/cutis.htm