Hay libros que
por su lucidez están condenados a ser comprendidos por minorías, como es el
caso de La mejor defensa es un buen ataque de risa. En este libro
constatamos que en tiempos en que las ideologías y la ética han sido arrasadas
por la globalización liberal capitalista dura y la supuesta izquierda ha
perdido el norte y en lugar de política hace brindis al sol, hay qué plantearse
hacia dónde nos lleva la postmodernidad. Parece que ha acabado la historia,
pero hay que comenzar otra historia.
Para ello Rafael Gonzalo estudia en sus textos los años del principio de la crisis, esa que ahora ya no se cree circunstancial sino que se ha comprobado parte consustancial del sistema.
Rafael Gonzalo critica un tiempo sin ideas, sin utopías y sin ideologías; medita sobre temas de actualidad como la prohibición de investigar con células madre, como el hecho de que en España se construya casi tantas casas como en Francia, Alemania y el Reino Unido juntos, o que tras la aprobación de la ley de prevención del tabaquismo, los menores de edad están más protegidos que nunca del humo de los cigarros, pero se emborrachan, se drogan, pueden poseer armas de caza y pueden —ellas- abortar—. Rafael Gonzalo critica la España de los artistas que se echan a la calle cuando se hunde el Prestige pero callan como ratas cuando arden grandísimas extensiones de La Mancha o Galicia, al igual que critica la nefasta Ley de Violencia de Género por la cual la mitad de la población española —la masculina— vive en libertad condicional, sin olvidar las aceradas puyas contra el inmenso número de vagos que viven a costa del Estado. Es un libro, pues, que ataca casi todo lo atacable y por ello va a gustar poco a los que se han montado un chiringuito en este sucedáneo de democracia. Si usted no es de ellos, le gustará.
Para ello Rafael Gonzalo estudia en sus textos los años del principio de la crisis, esa que ahora ya no se cree circunstancial sino que se ha comprobado parte consustancial del sistema.
Rafael Gonzalo critica un tiempo sin ideas, sin utopías y sin ideologías; medita sobre temas de actualidad como la prohibición de investigar con células madre, como el hecho de que en España se construya casi tantas casas como en Francia, Alemania y el Reino Unido juntos, o que tras la aprobación de la ley de prevención del tabaquismo, los menores de edad están más protegidos que nunca del humo de los cigarros, pero se emborrachan, se drogan, pueden poseer armas de caza y pueden —ellas- abortar—. Rafael Gonzalo critica la España de los artistas que se echan a la calle cuando se hunde el Prestige pero callan como ratas cuando arden grandísimas extensiones de La Mancha o Galicia, al igual que critica la nefasta Ley de Violencia de Género por la cual la mitad de la población española —la masculina— vive en libertad condicional, sin olvidar las aceradas puyas contra el inmenso número de vagos que viven a costa del Estado. Es un libro, pues, que ataca casi todo lo atacable y por ello va a gustar poco a los que se han montado un chiringuito en este sucedáneo de democracia. Si usted no es de ellos, le gustará.
Rafael Gonzalo Verdugo
Madrileño, es
autor de los libros "Nostalgia geométrica del caos", "Tierra
firme de la fantasía" y "El tiempo todo locura". Ha participado en
las antologías "A contrarreloj I", "A contrarreloj II" y
"Poemas para un minuto".